DESDE EL AMOR, DESDE EL DOLOR...

DESDE EL AMOR
DESDE EL DOLOR
Referente Laica de la Comunidad Dimensión de Fe comparte su experiencia y su mirada frente al posible desalojo de la Iglesia.

La historia de la Asociación la Iglesia de Dios (ALIDD) siempre tuvo como protagonista a la juventud y su rebeldia: la misma fue parida por diecisiete jóvenes rebeldes y contestatarios que soñaron, creyeron y costruyeron una nueva iglesia, profundamente evangélica, pentecostal, carismática, ecuménica y profética. Una iglesia nacional, latinoamericana y autónoma.

Sin lugar a dudas, es -o supo ser- una expresión del pentecostalismo latinoamericano, con una visión y misión que expresaban una opcion evangélica por lxs pobres y excluidxs de nuestros tiempos, trabajando activamente en la búsqueda de la paz, la justicia y el bienestar de nuestro pueblo.

Crecí en una familia pastoral dedicada al servicio y la obra de ALIDD. Es la iglesia que me vio nacer junto a decenas de jóvenes de La Matanza profunda- Esta casa fue la alternativa para poder resistir los cotidianos embates feroces del Neoliberalismo.

Por esta historia es que no puedo negar mi dolor al ver que la misma iglesia que abrio sus brazos a cientos de hombres y mujeres, generando en ellxs esperanza y compromiso con el evangelio, es la misma que hoy quiere desalojar a nuestra comunidad de sus instalaciones. La misma que nos niega el diálogo y blande en la Justicia su errada mirada, poniendo como excusa que aquí "no se predica la palabra de Dios", y que nuestro caminar como comunidad "no representa la visión y misión de ALIDD".


Por toda nuestra experiencia de vida es que no puedo esconder mis lágrimas al ver que la iglesia que me acunó, me formó y desafio a mi generación a que seamos la vanguardia de los años siguientes, es la que hoy nos trata despectivamente de “zurdxs”, “piqueterxs” y “ocupas”, por caminar junto a lxs desposeidxs, lxs olvidadxs, lxs sin nombre...

Por eso, con amor y dolor, como mujer de fe criada y formada en esta hermosa comunidad, siento el deber y la obligación de recordarle a las autoridades de ALIDD que esta comunidad tiene historia y presente: no estamos dispuestxs a que esa realidad sea olvidada y pisoteada por caprichos personales. 35 años de vida, testimonio y esperanza construidos por hermanas y hermanos comprometidxs que donaron su tiempo y se comprometieron con la comunidad, desde la fe. Porque fueron las Lucias, los Carlos, las Minervas, las Evas... – por nombrar algunos de nuestros muertos en el Señor – lxs que desgastaron sus vidas por la causa del Evangelio.

¿Cómo esconder el dolor, si hace 7 años que nuestra comunidad vive amenazada y perseguida; si la demonización y desacalificación sobre nuestros Pastores es permanente? ¡Se nos condena por el hecho de practicar, y no sólo predicar, el amor a nuestro prójimo!
En esta casa hemos aprendido a vivir en comunidad, hemos entendido que la única manera de vivir el Evangélio es cuando lo encarnamos en la realidad, porque es ahi donde tambien se produce el milagro de encontramos con Dios - en el rostro en el dolor y las esperanzas de otrxs -. Aprendimos que anunciar el Evangelio es, definitivamente, una practica política; que nuestra liturgia no puede separar de de la vida cotidiana; que la iglesia no es una mercancia , sino una herramienta de organización y liberación para todas las personas y los pueblos.

Podrán quizás desalojarnos de nuestro templo, podrán quizás convertir este lugar en un estacionamiento de autos, en un supermercado o en algún negocio inmobiliario y, para responder al capricho de los que miran la iglesia como una herencia. Pero nunca podrán apagar la llama de rebeldia, el amor, los sueños, el deseo y la esperanza que hoy arden en cada unx de nosotrxs y nos hace comunidad.
¡Nunca podrán desalojar el Reino de Dios!

Como también aprendimos, el mandato es "Justicia, justicia perseguirás": nosotrxs, lxs negrxs, lxs pobres, lxs trabajadorxs, lxs estudiantes, las amas de casa ,lxs desocupadxs, lxs latinoamericanxs y lxs bisexuales - una comunidad revolucionada por el Espíritu Santo - nos sentimos obligadxs a defender nuestra historia y la dignidad de nuestra comunidad.


Agustina Tamar Guerreros
Referente Laica de la Comunidad Pentecostal Dimensión de Fe
Integrante de la CPI (Comisión Política de la Iglesia Dimensión de Fe)



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