domingo, agosto 01, 2010

Cuando los pobres sufren, los profetas son una necesidad.


Cuando los pobres sufren, los profetas son una necesidad.

Grita con fuerza y sin miedo. Levanta tu voz como trompeta y denuncia a mi pueblo sus maldades, y sus pecados a la familia de Jacob. Según dicen, me andan buscando día a día y se esfuerzan por conocer mis caminos, como una nación que practica la justicia y no descuida las órdenes de su Dios. Vienen a preguntarme cuáles son sus obligaciones y desean la amistad de Dios. Y se quejan: “¿Por qué ayunamos y tú no lo ves, nos humillamos y tú no lo tomas en cuenta?” Porque en los días de ayuno ustedes se dedican a sus negocios y obligan a trabajar a sus obreros. Ustedes ayunan entre peleas y contiendas, y golpean con maldad. No es con esta clase de ayunos que lograrán que se escuchen sus voces allá arriba. ¿Cómo debe ser el ayuno que me gusta, o el día en que el hombre se humilla? ¿Acaso se trata nada más que de doblar la cabeza como un junco o de acostarse sobre sacos y ceniza? ¿A eso llamas ayuno y día agradable a Yavé? ¿No saben cuál es el ayuno que me agrada? Romper las cadenas injustas, desatar las amarras del yugo, dejar libres a los oprimidos y romper toda clase de yugo. Compartirás tu pan con el hambriento, los pobres sin techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas desnudo y no volverás la espalda a tu hermano. Entonces tu luz surgirá como la aurora y tus heridas sanarán rápidamente. Tu recto obrar marchará delante de ti y la Gloria de Yavé te seguirá por detrás. Entonces, si llamas a Yavé, responderá. Cuando lo llames, dirá: “Aquí estoy”. Si en tu casa no hay más gente explotada, si apartas el gesto amenazante y las palabras perversas; si das al hambriento lo que deseas para ti y sacias al hombre oprimido, brillará tu luz en las tinieblas, y tu obscuridad se volverá como la claridad del mediodía. Yavé te confortará en cada momento, en los lugares desérticos te saciará. El rejuvenecerá tus huesos y serás como huerto regado, cual manantial de agua inagotable. Volverás a edificar sobre las ruinas antiguas y reconstruirás sobre los cimientos del pasado; y todos te llamarán: El que repara sus muros, el que arregla las casas en ruinas. Isaías 58:1-12

El profeta Isaías al igual que sus colegas (Profetas) luchaba por la justicia y la paz para su pueblo, estuvo dispuesto a entregar su vida hasta las últimas consecuencias, denunciaba las injusticias que sufrían los más débiles, quienes no gozaban de una vida integral. 

En medio de esta realidad el profeta Isaías proclama el mensaje de Dios: mensaje que denunciaba el pecado, llamaba al arrepentimiento verdadero, anunciaba el perdón y la esperanza. 

Los pobladores de Judá ayunaban para que Dios los escuche. Por ejemplo, en sus súplicas públicas solían pedir que Dios les enviara la lluvia, pero el silencio de Dios los afligía, los inquietaba. 

EL AYUNO: el ayuno en realidad ocupa muy poco espacio en la Biblia. Significa la abstinencia de alimentos por motivos religiosos. Jesús lo aprobó, pero hizo varias críticas al modo en que se lo practicaba. 

Isaías denuncia la hipocresía de las prácticas religiosas como éstas, mientras se desatienden las necesidades del prójimo. El amor de Dios es para todos los seres humanos y no para unos pocos que creen comprarlo con sus sacrificios y prácticas. El profeta, a partir del vers. 3, invita a pensar en las diferentes formas de violencia que se practican a diario, ya sea de un patrón sobre sus empleados, como del esposo sobre su mujer. 

En nuestro tiempo también se ve y se habla mucho de violencia, y “los interesados” en el tema nos quieren hacer creer que se manifiesta solamente en la conducta de los menores adolescentes, presentándolos como un peligro para la sociedad, y no como un sector de la población que está en peligro. Entonces esconden todos los maltratos y la violencia que se ejerce desde lo institucional y lo político, por parte de aquellos que siguen apostando a la dominación y explotación de nuestro pueblo. 

Esto a nosotros como Iglesia nos desafía a tomar un rol verdaderamente profético, donde juntos podamos compartir el mensaje de Jesucristo que denuncia el pecado, llama al arrepentimiento y a una nueva vida, y anuncia el perdón y la esperanza de un futuro mejor. 

Estimados hermanos y hermanas: nuestra Ciudad de Buenos Aires, nuestro país y nuestros pueblos latinoamericanos en general están plagados de situaciones de violencia. Esta realidad exige que tomemos una actitud activa y comprometida desde el Evangelio, aunque seamos incomprendidos en el presente, como incomprendidos fueron los profetas y Jesús en sus propias tierras. 

Pastor Diego Mendieta y Gabriela Guerreros

No hay comentarios:

ATENCIÓN!!! Nuevo lugar de reunión de la Comunidad Pentecostal Dimensión de Fe - Domingos 10hs en la Casa Ecuménica Popular - Manuel Artigas 6989 - Mataderos - Capital Federal

Entradas populares

DOCUMENTOS Y DECLARACIONES PÚBLICAS.

Seguidores